Precalienta el horno a 200°C.

Pela los dientes de ajo y córtalos en finas láminas.

Lava y seca bien las papas. Córtalas en rodajas de aproximadamente 5 mm de grosor, asegurándote de no llegar hasta el fondo para que las rodajas queden unidas.

Derrite la mantequilla en una cacerola pequeña a fuego bajo. Añade las láminas de ajo y cocina suavemente hasta que estén ligeramente doradas y fragantes.

Agrega los ramitos de tomillo fresco a la mantequilla derretida para infusionar el aroma.

Coloca las papas en una bandeja para hornear forrada con papel sulfurizado.

Con un pincel de cocina, unta generosamente las papas con la mantequilla de ajo, asegurándote de introducir las láminas de ajo entre las rodajas.

Espolvorea sal y pimienta negra al gusto.

Hornea las papas durante 45-50 minutos, o hasta que estén doradas y crujientes por fuera, y tiernas por dentro.

Antes de servir, espolvorea perejil fresco picado para un toque de frescura.